Ahora la verdad no está fuera de la caverna platónica. Está en el cuerpo de los encadenados que, a pesar de todo, se alzan en el interior del túnel. La verdad no se comunica, se contagia.
Ahora la verdad no está fuera de la caverna platónica. Está en el cuerpo de los encadenados que, a pesar de todo, se alzan en el interior del túnel. La verdad no se comunica, se contagia.